lunes, 28 de septiembre de 2015

Carta a la ilusión en clave de poesía

I

Nos despertamos, levantamos del sueño obligado.
Buscamos alimentarnos varias veces al día con plantas y animales que escasamente cultivamos, criamos y cazamos.
Nos relacionamos, ya poco frecuentamos las plazas de los pueblos y los barrios, a unos pocos clics ya estamos conectados.
Algo se mueve en el silencio, inquieto bajo la aparente calma del lago, remolino de corrientes, es el cambio, puro movimiento.
Compartir, comunicar, transformar.
En el jardín de los sueños se aprecia el olor de una flor, el sabor de una fruta, la brisa del océano, la sequedad de la calima.
Al despertar cada día y procurar el alimento, me falta algo, el jardín vuelve a ser sueño en parte, en parte materia a la vista de todos.
El oxígeno del árbol, la flor que se transforma en fruta, el campo regado, el olor a tierra mojada, en Playa Blanca falta algo.
El anhelo, el sentimiento, el trabajo en equipo, se expresa en la palabra, la palabra tiene algo.
Palabras como semillas capaces de crear acción, el crecimiento alimentado de luz, de aire, agua y tierra, el crecimiento da lugar a un fruto continente de una semilla germinadora de una nueva acción,una nueva palabra, sólo posible por la semilla, la palabra anterior.

II
Una inquietud despierta, en Playa Blanca falta algo, un algo que ilusione, vibra, crece y mueve la semilla, falta más poesía.
La poesía se nutre de luz, de aire, de hálitos, de anhelos, de esperanzas, superaciones, aprendizajes, aperturas de mente y rupturas de esquemas, palabras.
Acciones que se nutren de sueños, ciclos comienzan, hay un principio, una chispa que activa el proceso, adelante, comparte la ilusión, tenemos un anhelo.
Caminando por la senda del sueño se hace el camino que pisas, cada paso transforma el sueño en acción, la acción en movimiento,la ilusión como semilla y palabra crece con el tiempo, cada día más, se nutre de luz, de esfuerzo, de pasión, de incertidumbres, esperanzas, ánimos y satisfacción.
Poesías escritas, poesías enviadas.

La ilusión crece, todas las partes se han alimentado, en este caso, de la belleza en la que habitan tus sentimientos por esta isla.
El árbol ha crecido y ahí están los frutos, para alimentarnos y procurar nuevos sueños, ilusiones, acciones, para las siguientes generaciones.


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