viernes, 12 de noviembre de 2010

Rostros de un Paisaje

El 23 de abril de 2009,  Día Internacional del Libro, acudí al Convento de Santo Domingo a la presentación de “Rostros de un paisaje”, publicación promovida por el departamento de Cultura del ayuntamiento de Teguise.
Me había despertado la curiosidad su título: la palabra “rostro” encierra un profundo significado siendo el reflejo del paso de los años y de innumerables vivencias y experiencias; la palabra “paisaje” es evocadora de un entorno que define un lugar que gusta de ser contemplado por la existencia de árboles, un fondo de montañas, un río…… ¿A quién no le gusta conversar con alguien portador de un rostro longevo o contemplar un bello paisaje que te llena de energía?
Me fijé en la portada, dos gaviotas en pleno vuelo y en el autor de su fotografía: Miguel Hernández, el mismo que había realizado la portada nº 5 de la revista Mass Cultura en la que aparece el escritor José Saramago, en blanco y negro, en una actitud reflexiva. Un rostro que me había impactado en cada rasgo que denotaba con detalle su personalidad y que encerraba tanta sabiduría.
El contenido del libro está estructurado en 38 textos sobre artesanos del municipio de Teguise y escrito por periodistas que nos acercan con naturalidad y ágil pluma al día a día de gente cuya pasión por el oficio ha hecho que no desaparezcan sus habilidades genéticas a pesar de ser  duro vivir de él.
Recuerdo la honda emoción que transmitía Sindo Hernández Machín durante la presentación al confesarnos cómo había nacido la idea de una manera espontánea al expresar el fotógrafo Miguel Hernández su deseo de rendir un homenaje en vida a los artesanos que con tanto tesón se ganaban su sustento: pescadores, costureras, agricultores, escultores, pintores, caleros, en fin, gente anónima y laboriosa que forma parte de la Villa y del sentir de todos sus habitantes.

En esta época estaba impartiendo un curso de formación para la inserción profesional en Tías y sugerí en voz alta la lectura de este libro, de edición limitada, con la referencia de su único punto de venta en la “Librería La Villa” situada en la avenida Gran Aldea. ¡Cuál fue mi sorpresa cuándo una de mis alumnas, Fabiola Robayna, casi al término del curso me regaló “Rostros de un paisaje” haciéndolo coincidir con el día de la mujer trabajadora y una entrañable dedicatoria que reza así:
“Toda esta gente son un ejemplo que nos enseña a conocer nuestro pasado, el cual es la herramienta principal para llegar a comprender nuestro presente, para no convertirnos en una sociedad desmemoriada. El hombre, el actor, el artífice desaparece, pero queda su obra, de la que podrán beneficiarse sus descendientes…..”
Así me sumergí en la vida de Maruja Machín González, la repostera de gafas vivarachas de cuya panadería sale olor a leña dulce; de Antonio Lemes Hernández, artesano del timple, quien a los 16 años ya se ganaba su primer sueldo en la ebanistería; de Feliciano Tavío Martín, pescador de Famara, unido siempre a la falúa y la mar; de Ifigenia Torres Martín, costurera, retenida por su madre antes de ir a jugar hasta que terminaba la labor; de José Domingo Fernández Torres, agricultor, que sigue recogiendo cochinilla a mano a pesar de que le queda tonelada y media almacenada en sacos; de Juan Betancort Machín, calero, que al volver a casa no podía comer mojo debido al escozor que sentía provocado por la cal; de Julia Fontes Betancort, curandera, con su receta milenaria de tranquilidad y buenas maneras como alivio de nuestra estresada sociedad contemporánea………
Ante la imposibilidad de citarlos a todos, y con la esperanza de haber despertado su curiosidad por hojearlo, les hablaré del pintor Manuel Perdomo Ramírez, texto que elegí para leer en voz alta en la Biblioteca de Tías conmemorando el 24 de octubre, día de las Bibliotecas Municipales. Una descripción sincera en la que la autora, María José Tabar, juega con el entorno bohemio de su galería ubicada en la calle José Betancort nº 9, la generosidad y el alma honesta de un artista de pocas palabras que sólo sabe expresarse a través de sus pigmentos y sus pinceles reflejando su romance con el paisaje de Lanzarote cuya luz le inspira para seguir creando obras que inciten -como dice Manuel Perdomo- a que cada cual piense por sí mismo.
Y acariciando sus últimas páginas descubrí su fecha de impresión en Madrid:
“Diecinueve de marzo de 2009, festividad de San José”
Mi memoria me lleva entonces a la mágica biblioteca del escritor José Saramago y al relato que escribí “El aliento de las letras”, publicado en diciembre de 2008 en Mass Cultura,, como agradecimiento a la inolvidable visita que realicé en compañía de mis tíos, profesores de literatura, que habían venido a conocer la isla. Un sentimiento que me transporta a la conexión maravillosa que nace siempre en la cercanía del arte, la música y los libros.
Mi intuición me dice que no era un diecinueve de marzo cualquiera sino aquél en el que había recibido un regalo en forma de dálmata. Una fecha especial en el calendario por ser el “Día del Padre”.  Mi hija Marina lo adoptó, encontrándolo perdido en la calle,  precisamente el día que el can cumplía 2 años y como un imán se atrajeron en un gran abrazo cósmico.
¿Os he comentado que una de mis películas favoritas es “101 dálmatas”? Solía ponérsela a menudo a los niños cuando eran pequeños y disfrutaban con la moraleja del desenlace.
Así pues, desde ese 19 de marzo de 2009, fecha de término de impresión de “Rostros de un paisaje”, el dálmata tiene un nuevo hogar y una familia, como debe ser el final de una historia… FELIZ. 
El mismo que estoy segura tendrá la Biblioteca de Playa Blanca la cual también tiene una gran familia, que sobrepasa con creces a los “101 dálmatas”. Sólo falta por definir el lugar porque todo lo demás ya existe. Y en el próximo “Día de la Biblioteca” me sentiré muy honrada de participar  y compartir en voz alta un cuento, un párrafo, un capítulo, un relato, una crónica o simplemente un título que haga volar la imaginación y las letras en un ambiente único como es la BIBLIOTECA.

 Syra Jimenez







miércoles, 6 de octubre de 2010

Concurso de Redacción



Lo primero es disculparnos por no haber podido dar los premios de las Redacciones, pero muchas veces los planning y guiones no sirven de mucho y hay que improvisar. A continuación pondremos los ganadores y los premios conseguidos, no obstante se mandará un e-mail a cada Colegio y al Instituto con la relación de premios y ganadores.



Primaria (1º, 2º, 3º)
    1. Enrique Martinez Menendez. (3º)  1 Entrada Familiar (2 Adultos y 2 Niños) Kikoland
    2. Rubén                                               2 Entradas Niños Guinate Tropical Park


Primaria (4º, 5º, 6º)
    1. Bonnie Godino Vlaeminck (6º D)     2 Entradas a Baku Park Corralejo con Armas   
    2. Luis Fajardo Arroyo (6º Yaiza)         3 Partidas para el Bowling Club C.C. Rubimar
    3. Nayra Soria Rodríguez (6º Uga)      2 Entradas Niños Guinate Tropical Park


ESO (1º y 2º)
    1. Ariadna Vico Soto (1º)                      2 Entradas a Baku Park Corralejo con Armas  
      1. Elizabet Perdomo Cabrera (1º)        1 Entrada de Adulto + Niño en el Aquapark
      2. Mariam Lause (1º)                             2 Invitaciones para El Rancho Texas


    Premios Especiales

    Premio a la Originalidad

    Miriam Reyes Torres                       Una Matrícula en el Taller Literario Pasión de Escritores
     

    Premio a la Solidaridad

    Iván Pérez Mato 2ºB ESO                1 Menú para 2 personas en el Bar Cafetería Drago
     

    Premio al Positivismo
    Aythami Herrera 2ºB                        Un vale de 30€ en la tienda Imperfect C.C. Rubimar


    Felicidades a todos los participantes.

    I Festival de la Cultura de Playa Blanca

    Como pasa el tiempo, ya hace más de una semana que nos reunimos para celebrar este acontecimiento en el que intentamos que el pueblo de Playa Blanca se uniese con una intención común, el tener una Biblioteca para sus gentes.
    Recuerdo cuando empezamos a organizar el Festival, lo más difícil fue ponerle una fecha, cada fecha que elegíamos coincidía con una romería o con otro acontecimiento en la isla que podía eclipsar el Festival. Finalmente elegimos el 24 viernes ya que el 25 era la travesía a nado a la Graciosa.


    Una vez que teníamos la fecha había que empezar a planificar que actividades tendríamos, poco a poco fueron apareciendo ideas interesantes que tras discutirlas fuimos añadiendo a la agenda, muchas de ellas fueron cayendo por la dificultad de poder coincidir con las agendas de las personas o grupos que podrían hacerlas. Partíamos de una dificultad bastante grande, que el presupuesto que teníamos era cero, por lo cual es muy difícil negociar, pero la generosidad de la gente una vez más nos sorprendió, empresas como el Princesa Yaiza o Dorada Beach se unieron a este proyecto con una generosidad que los miembros de la Asociación no nos podíamos creer.
    Según se acercaba el viernes 24 se nos descolgaban muchas de las actividades  que teníamos planeadas por problemas de agenda laboral por lo que recurríamos a otras.
    Por fin pasó la fecha y podemos mirar  a tras satisfechos de lo que el pueblo de Playa Blanca ha hecho, algo hecho por el pueblo y para el pueblo.

    martes, 7 de septiembre de 2010

    La Semilla de la Cultura




    Hoy alguien me dijo que el problema de Playa Blanca radica en que es un pueblo muy reciente y no tiene un arraigo histórico, puede que tenga razón, pero la mayoría de los pueblos empezaron como este, de la nada, por puros intereses comerciales o mercantilistas. En la historia los pueblos o asentamientos siempre han sido por facilitarle al hombre algo en su vida, bien sea zonas con animales para la caza o la pesca, normalmente cerca de zonas con ríos o acceso a algún tipo de agua.

    En el caso que nos atañe a nosotros es el turismo, sus playas incomparables de Papagayo y la predisposición del consistorio para dejar construir libremente ha hecho de Playa Blanca se convirtiera en la más importante zona turística de la isla, pero solo a nivel de Hoteles, ya que los clientes cuando salen de sus maravillosos hoteles ven un pueblo descuidado, con farolas que se caen por el azote del viento y el salitre. Pero eso es otro tema que tratar en otro capítulo aparte. Este boom turístico ha hecho que mucha gente nos hayamos decidido a vivir aquí y crear nuestra familia.

    El tema que mas nos preocupa es la educación que les queremos dar a nuestros hijos, ¿el mismo que le damos a nuestros turistas ?, sol y playa, esa es nuestra cultura ahora mismo. Creo que nos merecemos más y sobretodo nuestros hijos que son el futuro de esta isla.

    La cultura es como una semilla, hay que plantar la y luego preocuparse de regar la en su justa medida para que no se inunde pero que tampoco se seque, de vez en cuando abonarla para que tenga mas nutrientes y al poder ser distintos de los que le dan la tierra para enriquecer la, y si vemos que se tuerce poner le una guía para que crezca recta y no se rompa.

    Pues nuestros hijos es lo mismo, pero necesitamos herramientas y ayuda de las bibliotecas, zonas de estudio, actividades culturales que sirvan de abono para sus mentes. Que se puedan reunir en algún lugar distinto de la playa, que está muy bien que lo hagan, pero hay más cosas que sol y la playa, y si nuestros turistas solo quieren eso, nosotros no lo queremos para nuestros hijos.

    Y al igual que la foto que les muestro donde una planta de tomate ha sido capaz de abrirse paso en una zona seca y casi desértica sin apenas agua ni cuidados de ningún tipo, nuestro pueblo será capaz de sembrar la semilla de la cultura para que con el esfuerzo de todos crezca la tomatera de la cultura y hagamos de este nuestro pueblo una zona con arraigo e historia, la historia del pueblo que se resistía a ser ignorante y luchó pese a la gran sequía.

    Hacer una Playa Blanca mejor está en nuestras manos, solo depende que realmente lo deseemos y estemos dispuestos a cambiar nuestra mentalidad y actitud.





    domingo, 5 de septiembre de 2010

    La vuelta a la inocencia

    Hace unos días me llevé una gran sorpresa al pasear por un descampado por el que suelo pasear a mi perro, se trataba de una construcción hecha de piedras y palos los cuales formaban la figura de un barco, me acerqué y me fijé en la construcción de tan curioso barco.

    Tenía un palo mayor con una vela hecha de ramas de palmera, asientos para que los tripulantes puedan acomodarse y remar cuando no sople el viento. En proa se encontraba el bauprés, que se trata del mástil que sale horizontalmente del barco, seguro que ninguno de nosotros sabíamos como se llamaba pero si tuviéramos que dibujar un velero lo podríamos. En popa como no, habían puesto su timón con su caña para poder gobernar el barco por las aguas abiertas de la zona del faro.

    Unos días después, con mucha ilusión, llevé a mi hija para que lo viera, no le adelanté de lo que se trataba para que fuese mayor la sorpresa. Me llevé un chasco por que mi chiquitina no supo ver lo mismo que yo, tuve que explicarle lo que era, es normal nuestros hijos al contrario que nosotros están acostumbrados a ver las cosas tal como son, tienen de todo desde muy pequeños y casi siempre juegan con juguetes comprados en tiendas que reflejan con gran fidelidad las cosas que representan, sea una moto, un coche, espadas, muñecas. etc. Nuestra generación y sobretodo la de nuestros padres jugábamos con juguetes que nos fabricábamos nosotros mismos, las casitas las hacíamos con ramas y maderas que nos encontrábamos por todas partes. Era normal que le costase verlo, no estaba hecho de plástico y su similitud con los barcos que está acostumbrada a ver el puerto no era muy alto.

    De todas formas jugamos un ratito con el y se fue animando, de tal manera que la próxima vez que fuimos, fue ella quien se acercó por propia iniciativa y se puso a jugar dentro del barco, y enseguida su imaginación empezó a florecer y se había convertido en una marinera experimentada de un barco de pesca. Al momento aparecieron al rededor del barco, delfines, pulpos gigantes y peces de diferentes colores.

    Que fácil es despertar la imaginación de los niños y sin embargo nos cuesta hacerlo, siempre hay escusas para no dedicarles el tiempo que necesitan, es más fácil que jueguen con sus consolas portátiles o vean los dibujos.

    Encontrar este barco ha sido una esperanza para nuestros hijos, tal vez la crisis por la que estamos pasando tenga su lado bueno, y este es que nuestros hijos trabajen mas su imaginación e ingenio y vuelvan a jugar con cosas sencillas, que un palo vuelva a ser la espada de un capitán pirata.

    sábado, 4 de septiembre de 2010

    La Jaula de los Sueños

    Hace un tiempo un amigo escritor nos regaló una relato estupendo que nos maravilló a todos y del cual Hemos tomado el nombre para este Blog. Para celebrar la inaguración de este Blog vamos reproducir el texto antes mencionado.

    Permítanme vuestras mercedes que de manos de este humilde cazador de palabras que les escribe, les relate una historia que, tan intrigante como curiosa, cautivó la mente de este pobre loco servidor suyo. Si por vacuas encuentran las palabras que forman esta medio verso, medio prosa, déjenme concluir la oda que a continuación les brindo.

    Hayábanse maestro y aprendiz encerrados allá en lo alto del Cerro de los Pozos, sito en la provincia de Salamanca, escrutando entre pasillos de antiguo abolengo los ajados tomos que el señor de aquellas tierras dejó, años ha, sin cuidado ni orden para investigar ni estudiar profesión alguna, y menos aún, erudición que les ilustrara aún más de lo que eran. Que mal remiendo para la mente es el desconocimiento, y peor lastre si viene de la ignorancia como compaña.

    Por esto, ambos hasta allí habían ido, embelesados por las palabras de un anciano labriego de la zona, que a Maese Pedro y al neófito Luis les contó que en el castillo se hablaba de fantasmas que guardaban la antigua biblioteca del Conde de Orgaz y Montiel, señor de aquel lar de manos de Dios olvidado, tras la marcha de Don Jaime I, El Conquistador. También contó que grandes eran las obras allí guardadas, pero que nadie se acercaba ni osaba tan siquiera mirar por encima de los muros, no fuera que tras las acechanzas de los bizarros zagales de la zona, una desgracia hubiera. Así que nadie iba ni venía del castillo, dejándole en lastimoso estado, otrora, vergel de esplendor de mejores épocas, en las que las grandes epopeyas de la familia inundaban los campos sembrados de orgullo patrio castellano.

    Maese Pedro miraba, candil en mano, los lomos de los libros en cuero encuadernados, asombrándose de los infinitos títulos que sin parangón en su larga vida de eremita, había jamás contemplado. Acercose el aprendiz y a una orden de su maestro uno de ellos agarró, y no bien lo hubo abierto, la luz del candil se apagó y a expensas de la oscuridad, maestro y aprendiz, entre lo infernal y lo bendito, se santiguaron y acogieron.

    -. ¡Quien osa hacer menguar el descanso de nos!.- una voz escucharon.

    -. Maese Pedro, monje franciscano, y aprendiz, mi señor.- replicó el anciano.

    -. De esta guisa, viene el monje acompañado, ¿qué busca si en estos tiempos nos tienen olvidados?. -. Navegar entre las historias que aquí conviven, si no es mucho pedir.

    -. Más lo que aquí veréis, ¿seguro que vos queréis contemplar?

    -. A eso hemos venido, y no es por azar.

    -. Entonces, observa y escucha, lo que en el futuro de nuestro destino, escrito está.

    Apareciéronse en el momento imágenes de hermosas playas de dorada arena, dejando al maestro y al aprendiz con cara de embobados. Allende de la orilla, grandes casas de blanco y azul aparecían, y entre sus calles, ciudadanos de todas las partes del ancho Mundo convivían.

    Cambió la imagen, y algo más allá de las casas, una gran construcción contemplaron, y en la entrada en grandes letras leían, “Biblioteca de Playa Blanca”, escritas con gran opulencia y armonía. Más sus puertas estaban cerradas, nadie entraba ni salía, y entre los ventanales, sólo oscuridad se veía. “Es la Jaula de los Sueños”, la voz les decía, “Nadie quiere abrirla, no sea que de ella escapen la inteligencia, el conocimiento y la sabiduría”. Más una sombra, bajo el umbral se movía, y he aquí que la voz de nuevo hablaba con rebeldía, “Ese hombre intentó abrirla, pero los Sueños que dentro hay, jamás los contemplaría”.


    Y la imagen continuó, mostrando a niños y zagales ávidos de entrar por sus puertas algún día. Descubrir entre aquellos muros todo lo que sus padres y abuelos les contaron un buen día. Que allí se ocultaban piratas, aventureros y hermosas serranías; que había monstruos lejanos, dragones y hechicerías. Pero los niños lloraban, pues jamás esa Jaula abrirían, y de ese modo, por siempre, ocultos entre las sombras, los Sueños morirían.

    -. Este es el final de la historia.- dijo la voz, algo fría.- Es nuestro destino desaparecer, pues a los grandes señores, nuestra existencia les parece una felonía.

    -. ¿Y quién eres que con esa tristeza hablas?.- preguntó el anciano erudito.

    -. Soy la Voz de la Conciencia, de los Sueños que en esta Jaula habitan.

    Esta es la historia que les he traído desde otras tierras allende del mar. Espero que hayan disfrutado de ella y sus conclusiones hayan sacado. Más, si se me permite mi humilde opinión, diré que mucho de moraleja tiene. Que los libros sean libres, y que en manos inadecuadas caer jamás deben. Es por ello que todo aquel que de un libro algo quiere, a una Biblioteca emigra, no sea que a alguien de peor moral le dé por hacer de ellos algún acto que a la erudición denigra.

    José Ramón Navas, (Escritor)