martes, 20 de noviembre de 2018

La Entrega de Premios del VI Concurso de Relatos Cortos de Playa Blanca será el próximo sábado 1 de diciembre



La Asociación Cultural Castillo del Águila les convoca a la Entrega de Premios del VI Concurso de Relatos Cortos de Playa Blanca que se celebrará el próximo sábado 1 de diciembre en la Biblioteca Municipal de Playa Blanca.

El acto tendrá lugar a las 19:30 horas y estará enmarcado en las actividades previstas con motivo del Festival del Cuento organizado por el Ayuntamiento de Yaiza, patrocinador del concurso.

Esperamos contar con todos ustedes y les invitamos a colaborar, si lo desean, con un pequeño microrrelato de menos de 50 palabras, sobre la importancia de las bibliotecas, y de esta manera ayudar a difundir el mensaje y concienciar sobre la importancia de acercarlas a las necesidades de la sociedad. Intentaremos encontrar tiempo suficiente para que todas las personas que lo deseen puedan leerlo y hacernos llegar su mensaje.

Se recuerda a los participantes que para recibir el premio será imprescindible acudir al acto de entrega o enviar a un representante en caso de imposibilidad y que los menores de edad deberán estar acompañados de su madre, padre o tutor legal. En caso de ausencia del ganador, el premio recaerá en el siguiente clasificado.

martes, 9 de octubre de 2018


Aplazada la Entrega de Premios del VI Concurso de Relatos CORTOS de Playa Blanca

La Asociación Cultural Castillo del Águila informa que con motivo del aplazamiento del Festival del Cuento de Yaiza, previsto para el primer fin de semana de octubre y que finalmente se celebrará del 29 de noviembre al 2 de diciembre, queda aplazada también hasta dicha fecha la Entrega de Premios del VI Concurso de Relatos CORTOS de Playa Blanca.

La fecha exacta, hora y lugar todavía están por determinar y se comunicará a todos los participantes a través del correo electrónico que usaron para enviar su relato, por lo que les rogamos consulten el correo frecuentemente.

Lamentamos el retraso ajeno a nuestra voluntad y pedimos disculpas a los participantes.

viernes, 8 de junio de 2018

VI Concurso de Relatos Cortos de Playa Blanca

VI Concurso de


Relatos Cortos de

Playa Blanca


La Asociación Cultural Castillo del Águila, con la colaboración y patrocinio del Exmo. Ayuntamiento de Yaiza, convoca el VI Concurso de Relatos de Playa Blanca con la finalidad de promocionar la literatura creativa en el municipio.


1. CATEGORÍAS:
  • Infantil: Alumnos y alumnas de Segundo y Tercer Ciclo de Primaria. 
  • Juvenil: Alumnos y alumnas de ESO. 
  • Adultos: De 16 años en adelante. 

2. PRESENTACIÓN DE LOS TRABAJOS:
La fecha límite para la presentación de los relatos será el domingo 9 de septiembre de 2018, mediante un archivo de texto adjunto a un correo electrónico remitido a la dirección: 

concursoderelatosplayablanca@hotmail.com

En el asunto del mensaje figurará VI CONCURSO DE RELATOS DE PLAYA BLANCA y la categoría en la que participa (INFANTIL, JUVENIL o ADULTO).
En el texto del relato no se consignará nombre alguno, los datos del autor figurarán sólo en el cuerpo del email de envío. El jurado recibirá los textos de parte de la organización sin conocer su remitente.

3. CARACTERÍSTICAS DE LOS TRABAJOS:
Para participar en este concurso será necesario residir en Lanzarote y podrá enviarse un sólo relato por autor.
El género y la temática serán de libre elección del autor.
Las obras se entregarán en lengua castellana y deberán ser originales e inéditas, no premiadas anteriormente en ningún otro concurso, ni sujetas a compromiso alguno de edición.
Estarán escritas en letra Times New Roman de 12 puntos y a doble espacio.
Extensión de los textos:
Categoría Infantil: entre 500 y 1000 palabras (entre 1 cara y media a 3 caras)
Categorías Juvenil y Adultos: entre 1000 y 3000 palabras (de tres a seis caras)

4. FALLO DEL JURADO Y PREMIOS:
El jurado estará formado por escritores relevantes y por miembros de la comunidad educativa y cultural de la Isla.
El fallo del jurado se dará a conocer durante la entrega de premios, que se realizará en el marco de la celebración del I Festival de Cuentos que tiene previsto organizar el Ayuntamiento de Yaiza a primeros de octubre del presente año. La fechar, hora y lugar está por concretar, por lo que se publicará en el blog de la asociación: bibliotecaplayablanca.blogspot.com.
El premio en la categoría de adultos será de 400 euros en metálico, en juvenil ascenderá a 200 euros y en infantil a 100 euros. Será requisito indispensable acudir al acto de entrega de premios para recibirlo y los menores de edad deberán estar acompañados de su madre, padre o tutor legal. En caso de ausencia del ganador, el premio recaerá en el siguiente clasificado.
Los trabajos presentados quedarán en propiedad de la Asociación Cultural Castillo del Águila para su publicación tanto en papel como en formato digital.

La participación en este concurso supone la aceptación de las presentes bases. El incumplimiento de una o varias de ellas descalificará automáticamente el trabajo presentado.

En Playa Blanca a 8 de junio de 2018

jueves, 7 de junio de 2018

Ganadora del V Concurso de Relatos de Playa Blanca, categoría juvenil

Monocromo
Los demás duermen mientras suenan las bombas por tercera vez, pero esta noche no he sido de los afortunados. Permanezco quieto con los ojos abiertos buscando calma en la monotonía de los ronquidos repetitivos de mis compañeros. Son truenos que me rodean, y llaman mi atención sobre lo que está ocurriendo fuera de nuestra pequeña tienda de campaña, de nuestra seguridad, como dicen. Una tontería, ningún sitio en medio de una guerra puede ser realmente seguro.
Es diciembre de 1916 y hemos tenido casi un año para asimilar nuestra muerte. Claro, ser soldado en esta guerra significa ser nada más que un cuerpo. Te usan como número, como una diana a la que disparar unos cinco segundos después de haber salido del búnker. Parece que la mayoría no lo pasan tan mal; hablan de patria, del amor del país y de la honra del rey. Sin embargo, sé que están también cerca de mí en estos momentos hombres con fotos de sus familias en las manos, perdonándose las lágrimas que caen en las sabanas sucias bajo la oscuridad de la madrugada. No soy de los que tiene alguna razón por la que volver, ni mujer ni hijos ni padres ni hermanos; pero tampoco me identifico con estos chicos que fueron creados en una fábrica del ejército, estos tipos que sólo han nacido para morir. Esto no debe ser lo único que uno hace con su vida. Ni yo ni nadie. Soy joven, bien parecido y podría ser listo dada la oportunidad. Quiero marcar diferencia en estos tiempos oscuros, inyectar un poco de color en lo que es ahora un cuadro en blanco y negro. Mañana, definitivamente, empezaré a buscar una manera eficaz de escaparme de aquí. Lo tengo que hacer. Si no, acabaré muerto antes de que ellos lo intenten.
Hemos ido a correr por fuera del campamento y parece que saltar la valla no es complicado, lo difícil es llegar a la propia valla antes de que te vean. Tienen luces que continuamente buscan sombras y balas que no paran hasta encontrarse con carne. Si me pillan me matarán al instante, y es precisamente eso lo que pretendo evitar. Tengo que pensar en una manera más segura, en un plan infalible.
Son las tres de la mañana y parece que ya no duermo más de dos horas por noche. Estaba escuchando el viento de afuera cuando vi durante medio segundo una figura blanca en la esquina de la tienda, al mismo tiempo que reconocí lo que me parecía ser un maullido de gato dolorido. El sonido que le siguió me hizo entenderlo todo al instante. El soldado de dos camas a mi izquierda tenía una pistola escondida bajo su almohada y se había disparado en la pierna.
La formación militar se manifiesta de manera rápida y eficaz. Los otros cinco compañeros del grupo y yo teníamos al herido en una tabla improvisada con lo que quedaba de su pierna derecha arriba, y un pañuelo atado en la rodilla para conservar la sangre que le quedaba. Él no notó lo que estábamos haciendo, el dolor le cubría los ojos como una venda de seda, cosa que le salvo de las miradas sospechosas que nos lanzábamos unos a otros. Nos habían hablado de este tipo de cosas, de gente haciéndose heridas casi fatales para escaparse de los horrores que les esperan. Mientras que las demás mentes estaban llenas de preocupaciones de lo que nos pasaría por tener un “cobarde” en el grupo, la mía se estaba saturando con ideas.
El chico que se disparó había cogido para sí mismo la mejor manera de ser mandado a casa, pero era también la más conocida. Tomé inspiración de lo que hizo pero decidí adaptarlo, no funcionaría dos veces lo mismo. La única opción que me queda es hacerme el loco, escuché que un soldado no puede estar en las fronteras si tiene algún trastorno mental. Será difícil, pues no funcionará de inmediato, pero es la última idea que me queda y haré lo posible por una vida fuera de aquí.
Empecé de manera sutil, soltando de vez en cuando alguna frase sin sentido o algún movimiento fuera de contexto, pero a medida de que iban pasando las semanas e iba notando las miradas inseguras decidí intensificar el teatro. No había hablado con nadie durante días pero cuando fuimos a entrenar un martes de abril no paré de buscar conversación. Cuando estábamos corriendo todos juntos por la valla exterior como hacemos todos los días, me tiré al suelo y comencé a gritar incoherentemente durante unos tres o cuatro minutos hasta que dos generales me vinieron a buscar. Me llevaron con ellos y posteriormente me informaron de que no estaba en condiciones adecuadas para seguir participando en los entrenamientos físicos diarios. Esto es lo último positivo que he escuchado.
A partir de ahí pensé que ya habían picado el anzuelo y que iba a estar de camino a casa como mucho dos semanas después, pero han pasado meses y lo único que puedo hacer es ir aumentando los niveles de inestabilidad que muestro. El estrés y el insomnio están teniendo efectos, y cuando me vi en el espejo ayer, era un esqueleto quien encontró mi mirada. Un hombre más viejo de los años que en realidad tengo y con greñas de pelo sucio que caen por mis hombros. He perdido la musculatura que había trabajado durante tantos años, y como consecuencia la piel me queda suelta como si no fuera mía. Estoy intentando recordar cuándo fue la última vez que comí, pero los días se me mezclan desde que sólo duermo minutos sueltos cada par de horas.
Creo que sospechan algo, me miran más de lo normal y oigo susurros en todo momento, incluso cuando no están a mi vista. Sin duda me están vigilando constantemente, por eso mantengo la fachada a todas horas, aun cuando cada célula de mi cuerpo me pide descanso.
Pero resulta insoportable, cada día pienso que tiene que ser el último y son incontables la veces que he querido admitir que estoy fingiendo. Mas ya no puedo volver hacia atrás, estoy atrapado en la mentira, y parece que cada ojo en el campamento está dirigido hacia mí. Esta noche no he podido aguantar la ansiedad y mi carácter se ha quebrado durante treinta segundos, mordiendo la sábana y gritando contra la almohada de mi cama. Aunque, pensándolo, ese medio minuto de locura ha sido tan parecido a como actúo durante el resto del día que nadie habrá notado la diferencia si es que me han visto.
Si consigo dormir por una vez, aparecen en mis sueños imágenes de soldados muertos tirados en el suelo. Cuando intento correr piso cuerpos y escucho gritos de dolor que provienen de cadáveres sin voz. Me despierto chillando cada noche, y cuando abro los ojos los soldados están todavía frente a mí, a centímetros de mi cara, hablando con palabras que nunca entiendo. No sé quiénes son, pero ya no me asustan, ni siquiera sé si están vivos o no. A veces pierdo la visión por completo y cuando las figuras se enfocan de nuevo son siempre soldados muertos, con caras distintas y con voces mezcladas.
No distingo sueños de realidad y no entiendo si estoy ya fuera del campamento, sinceramente me da igual. Sólo quiero salir del infierno que es mi cabeza, que es mi vida. Hasta morir en la guerra sería una manera de escapar, rápido y sin complicaciones. Ya no quiero marcar diferencia ni crear belleza. Quizá no hace falta inyectar color, por ahora necesitamos vivir en blanco y negro. Lo único que quieren hacer es matar y morir, y lo han conseguido. Millones de cadáveres tirados por los campos del país, y millones de cabezas como la mía muertas. No es vivir, realmente, cuando ven el mundo en monocromo, cuando te tratan como un difunto andante. 
Aimee Lewis